martes, 18 de febrero de 2014

2. Just like old times.

Aún no acababa de asimilar que dentro de exactamente diecinueve horas me iría a Brighton, Inglaterra.

 A vivir con mi padre, al cual no veo desde que tenía trece años, el cual no ha hecho nada por verme ni comunicarse conmigo durante estos cuatro años, el cual se ha perdido mis cumpleaños catorce, quince, dieciséis, diecisiete y que si mi cumpleaños número dieciocho no fuera dentro de cuatro días, este también se lo perdería. Y no me mandaría ni una misera postal, al igual que todos los años anteriores. Parece ser que mi padre se olvidó de su verdadera familia después del divorcio, pues me apuesto lo que queráis a que ni siquiera se molestó en luchar por la custodia de sus hijos.

¿Que si tengo alguna especie de rencor absoluto sobre que mi padre se haya olvidado de mi? Obviamente si.

¿Que si me quiero ir a Brighton a vivir con el? Pues claro que no. Pero no me queda otra opción, no tengo la mayoría de edad y aún me queda un año de instituto. El último.

Lo único bueno de volver a casa de tía Megan, que es supongo donde me alojaré, es que venga James conmigo, que a pesar de que ya es mayor de edad y no hay nada que le una a volver salvo sus mejores amigos, el se viene conmigo, por que sabe que todo esto no lo podré afrontar yo sola (para que luego digan de los hermanos mayores). También podré volver a ver a mis vecinos Harry, Niall y Louis. Bueno, los de tía Megan, pero son muy importantes para mi, pasé mi infancia con ellos y me ayudaron a pasar por muchas cosas, ellos siempre eran los mejores conmigo a pesar de mi apariencia y todo eso suma muchísimos puntos.

Durante estos cuatro años he mantenido un poco el contacto con ellos, lo que se dice un email o dos por.... ¿cada dos meses? Vale, después de el primer verano en el que no fui de vacaciones por consecuencia de el divorcio de mis padres, mantuvimos un poco el contacto, pero que queréis que os diga, hay que ser realista, con el paso del tiempo las personas pierden contacto.

Y eso, que estoy a.. ahora dieciocho horas con cuarenta y cinco minutos de irme a Brighton, han pasado dos días desde que mi madre me dijo que tenía que irme con mi padre a vivir, al principio me lo tomé mal, por que claro, que te digan eso así de sopetón pues...no.

Pero luego mi madre me lo explicó detenidamente y vamos, no iba a enfadarme con ella, cuando mañana por la mañana sale su vuelo hacia Chicago y no la voy a ver en yo que se cuanto tiempo, asique todo bien.

Son las diez de la noche, me encuentro tumbada en la cama con bigotes, recién salida de la ducha, mi última ducha. Con ya el pijama puesto, dispuesta a pasar mi ultima noche durmiendo en este cuarto, el cual se ha quedado vacío; mis posters de ACDC del techo ya no están (lo que me contó quitarlos fue horrible), en los armarios no queda nada de ropa y todos mis cajones ya están vacíos. Me ha llevado todo el día recogerlo todo.

Ahora que me paro a mirar mi cuarto vacío detenidamente, todo esto me da mucha pena, el hecho de irme de mi casa en la que vivo desde los tres años y que irónicamente me dan tres días para recogerlo todo, marcharme a un colegio nuevo, casa nueva y ciudad medianamente nueva.. Es demasiado.

Me tumbo en la cama y empiezo a recordar todos los momentos vividos aquí con James, esos momentos en los que peleábamos por el mando de la tele (la misma tele que ahora esta embalada), y acababa en una guerra de cosquillas, esos momentos en los que jugábamos al pilla pilla por los pasillos olvidándonos absolutamente de todo y sobre todo esos días en los que yo no podía dormir y James me dejaba acurrucarme con el en la cama impidiendo que los monstruos me hicieran gritar en mi cuarto a pleno pulmón para conseguir energía en sus casas. Si, vi demasiado Monstruos S.A.

Acordarme de todas esas cosas me da la necesidad de levantarme e irme a dormir con mi hermano mayor, dado que es la última noche que dormimos aquí tanto el como yo y me gustaría poder revivirlas. O al menos unas pocas.

Me levanto de mi cama, me pongo mis zapatillas de andar por casa y salgo por la puerta en dirección al cuarto de James, pero algo envuelto en papel de burbujas sobre una caja de embalaje al lado de la puerta de nuestro baño me llama la atención, y creo saber que es lo que es, así que decido ir a por ella.

Mientras desenvuelvo el objeto en papel de burbujas, me voy dando cuenta de que tengo razón, sostengo la pequeña estatua de porcelana de la bailarina que me regaló James al finalizar el verano de los trece. Si, el año en el que se separaron mis padres.

Ruedo la pequeña manivela que tiene incrustada la muñeca en la espalda y al instante la estatua que sujetan mis manos empieza a girar y sus vueltas son acompañadas al compás de esa melodía que muchas veces ayudó a clamar mis llantos causados por una familia rota.

 Sin siquiera darme cuenta, una lagrima se desliza sobre mi mejilla y yo pierdo el control sobre mi misma. Me da exactamente igual si despierto a alguien, estoy teniendo un momento sentimental.

No aguanto más y me dirijo a la habitación de James.

Mis manos todavía sujetan a la bailarina, la cual aún gira al compás de la melodía que resuena por el silencioso pasillo de la que ha sido mi casa desde hace catorce años y que tendré que dejar mañana a las once de la mañana.

Giro el pomo de la puerta de mi hermano mayor, entro y la cierro tras de mí. Me doy la vuelta poco a poco y para mi sorpresa me encuentro con unos ojos observándome detenidamente.

Mi hermano frunce el ceño y yo caigo en la cuenta de que lagrimas corren por mis mejillas.
Suspiro.-James, tengo miedo.- Digo y de mi boca no sale mas que un susurro.

El ceño de mi hermano pasa de fruncido a enternecido en tan solo unos segundos.

-¿De que tienes miedo enana?.

-Los monstruos me van a hacer gritar.

Los bordes de la boca de James se curvan hacia arriba , pero puedo ver por sus ojos que lo que forman no es una sonrisa alegre.

-Anda, ven aquí. Ellos no te harán daño si estas conmigo-. Palmea la cama a su lado y yo voy hacia la cama de mi hermano mayor, el cual ahora me rodea con sus brazos.

 Me seca las lagrimas que caen por mis mejillas, arrebata la muñeca de mis manos, hace girar la manivela de su espalda e instantes después aquella música vuelve a resonar en la habitación de James..

Mi hermano me acoge mas fuerte entre sus brazos y de la comisura de mis labios se escapa una leve sonrisa al recordar cuando hacíamos esto, y puedo decir con seguridad, que no ha cambiado nada desde entonces.
Minutos después los dos descansamos en un profundo sueño.


 
(...)



-No seáis rencorosos con vuestro padre, cuidad bien de el, cumplir todas las normas que os ponga y sobre todo no seáis mal educados.

-Vale mamá, yo también te quiero. Suerte con el trabajo en Chicago, te voy a echar de menos.

Son tantas ya las despedidas con mi madre que ya tengo un prototipo de frase para despedirla. Pero esta es especial, esta vez se va (o nos vamos nosotros, como queráis verlo), por un tiempo indefinido.

Nos encontramos en el aeropuerto de las afueras de Cork despidiendo a mamá, en casa ya no queda nada.

 Hace unas horas nos hemos tenido que despedir definitivamente, ya que aunque sean las once la mañana, el trayecto al aeropuerto desde casa son casi tres horas y aunque nuestro vuelo salga a las tres del medio día, no merece la pena volver hacia allí. Es un gasto tonto de gasolina.

El aviso de que mamá embarque ya en el avión se hace paso a través de los altavoces, la despedimos mas profundamente y nos sentamos en los asientos a esperar la hora de nuestro vuelo.

 Mientras tanto yo me acuerdo de Bigotes, que llegará un día después que nosotros a Brighton, pues tiene que cojer un avión raro reservado solo para animales por que no puede subir con nosotros en el nuestro. Si pudiera lo habría metido en el equipaje de mano, pero lamentablemente no cabía. Me resigno a esperar.

Venga. Solo cuatro horas más en tierra Irlandesa.



(...)



Me duele el cuello de tanto intentar recostarlo hacia algún lado para poder dormir en el trayecto a Brighton. Me despejo del todo y me doy cuenta de que los pasajeros del avión ya están saliendo, ya hemos llegado.

Definitivamente hemos dejado tierra Irlandesa.

Pero ahora mi mayor preocupación es despertar a James.

-James despierta.-Susurro y le balanceo el hombro para que me haga caso-.James vamos..., ya estamos en Brighton.

-¿Hhmmm....?

-¡James vamos!.

-Déjame Beth..-. Dice medio adormilado.

-¡¡JAMES COÑO, LEVANTA EL PUTO CULO!!.-Grito y me doy cuenta de que capto la atención de las pocas personas que quedan en el avión, me da igual. Después de todo no los voy a volver a ver.

Por fin consigo que James mueva el culo y minutos después estamos saliendo por la puerta de embarque.

Esto parece como en las pelis, hay muchas personas a la salida de la puerta de embarque esperando por los pasajeros del avión, algunos llevan carteles con sus nombres y otros solo intentan buscar entre los muchos que salimos.

Examino bien antes de ir a sentarme, me he levantado a las siete de la mañana y sinceramente estoy muerta.

James se queda en la zona de llegadas.

Reviso el móvil para enviarle un mensaje a mamá de que ya estamos aquí mientras voy hacia los asientos. Cuando levanto la cabeza, sin darme cuenta ni saber por qué, choco contra una chica un poco mas bajita que yo, morena, y de ojos gris oscuro. Lleva una cámara colgada al cuello.

Al chocar, mi móvil sale volando por los aires y al caer al suelo se desprende de la tapadera y la batería. Joder, yo y mi agilidad élfica.

-¡Mierda! Lo siento mucho, iba distraída con la cámara.-Se disculpa la chica con un acento inglés muy gracioso, inmediatamente agachándose para después reunir los pedazos de mi móvil que, milagrosamente no se ha roto.

-No pasa nada, yo también iba distraída tranquila.- Hago un gesto con la mano vendada para quitarle importancia al asunto.

-No tendría que ir con la cámara por el aeropuerto-. Dice y se levanta extendiéndome el móvil.- toma eh...

-Elizabeth, pero me puedes llamar Beth.

-Yo soy Sarah, encantada de conocerte Beth.-
Dice e inmediatamente me da dos besos, uno en cada mejilla.

Sorprendentemente ya he hecho una amiga en Inglaterra, y me alegro de que fuera Sarah y no algún imbécil de tantos que hay por ahí sueltos.

Han pasado ya como veinte minutos desde que nos encontramos y yo he perdido de vista a James. Sarah espera a que su tía venga a recogerla, pues acaba de llegar de Londres, ha pasado el verano allí.

De un momento a otro, la cara de Sarah se convierte en un ceño fruncido detrás de mi.
-¿Que?, ¿Que hay?.-Pregunto haciendo gestos delante de su cara, pues se había quedado embobada.

-Hace unos minutos que un morenazo no para de mirarte el culo.-Dice y yo me doy la vuelta rápidamente esperando ver al pervertido que no tiene otra cosa que hacer que mirarle el culo a viajeras en el aeropuerto.

Esperando encontrarme con un viejo pedófilo-deprabado-acosador, lo que encuentro al girarme es todo lo contrario.

E inmediatamente las esquinas de mi boca se doblan hacia arriba formando la más grande de las sonrisas. Ahí esta, mi vecino de la infancia, Louis Tomlinson, con esos ojos azules que no apartan la mirada de mi, pues claro que es el.

Me dirijo hacia allí, y cuando se da cuenta el me devuelve la sonrisa. Pero no hay nada de emoción en su cara, probablemente no me ha reconocido.

-¿Me estaba usted mirando el culo?-.Le pregunto al llegar donde está. Si, lo sé. Las seis mejores palabras para decirle a un amigo que hace cuatro año que no ves.

-Eh...-. Tartamudea mirándome a los ojos, pero inmediatamente su ceño se frunce y luego pasa a una gran sonrisa, todo esto en una milésima de segundo.-¿Beth?, ¿Eres tu?.

-Oh, querido Lou. Ya ni reconoces a tu mas mejor amiga en el mundo entero.-Digo con un tono ofendido, obviamente fingido.

Como si fuera un auto reflejo, la sonrisa de Lou crece notablemente y momentos después ya me esta estrechando entre sus brazos. Puede que esté mas alto, que ahora se peine hacia arriba e incluso ahora tenga la voz mas grabe, pero su olor sigue siendo el mismo, ese que tanto me gusta.

-Madre mía Beth, cuanto has cambiado.-Me dice aún entre sus brazos.

-Lo mismo te digo machote.

Me baja y por fin puedo contemplar su rostro, que sorprendentemente no es exactamente de alegría. Es totalmente tierno.

-Te he echado de menos pequeñaja.

En el momento en el que me disponía a contestar, una tos fingida suena detrás mía, me giro y me doy cuenta de que Sarah está detrás de mi. También es importante decir que se come a Louis con los ojos.

-Em.. si. Lou, esta es Sarah, la chica que me a tirado el móvil al suelo hace unos diez minutos y Sarah, este es Lou, uno de mis mejores amigos al que no veía desde hace cuatro años.

Lou y Sarah se dieron sus respectivos saludos, pero antes de que pudieran entablar una conversación, una señora, la que supongo que será su tía, la llamó a nuestras espaldas y se tuvo que ir.

-Eh... Lou, no le mires el culo. ¿Estas muy salido últimamente, no?.-Exclamé haciendo chasquidos delante de su cara. Rápidamente volvió a mirarme confundido.

-Em.. ¿Que decías?.

Yo sonreí ante este acto de confusión. El efecto que había causado Sarah en el era impresionante.

-Nada. Oye.., ¿y mi padre y James?-.Pregunto confundida, pues no le veo desde que le dejé en la zona de llegadas.

-Hemos estado buscándote durante diez minutos, hay mucha gente. Y cuando te he encontrado me ha dicho mi madre que ellos iban a por las maletas y que les esperáramos en la puerta del aeropuerto.

-Primero, ¿James está sólo con papá?-. Le digo a Lou y el asiente.-Segundo, ¿Que hacéis tu madre y tu aquí? ¿no se suponía que venía mi padre a por James y a por mi? Sin ánimo de ofender-. Pregunto, el hace amago de contestar, pero rápidamente le tapo la boca con la mano buena.-Y tercero, si has dicho que me habías encontrado quiere decir... ¿que me estabas mirando el culo y sabías que era yo?.

Lou rápidamente se sonroja y dice:

-No, yo no he dicho eso.

-Si, si lo has dicho.

-Que no.

-Que si.

-Que te estoy diciendo que no.

-Y yo te digo que si.-Exclamo y le revuelvo un poco el pelo <<como en los viejos tiempos>> Piensa mi subconsciente.-¡Lou me estaba mirando el culo, Lou me estaba mirando el culo!-. Canturreo a un volumen que la gente del aeropuerto puede oir, las mejillas de Louis están tan rojas que parece que van a explotar, pero en su lugar, soy yo la que explota a carcajadas.

 Lou empieza a atacarme con cosquillas en la barriga, mientras que mi risa va aumentando, pero en el fondo yo sé que las cosquillas es una manera de evitar el tema de que me estaba mirando el culo.

Una vez acabado el ataque de cosquillas, me coloco el pelo, cojo mi equipaje de mano que había dejado en los asientos donde estaba antes son Sarah y vamos hacia la puerta del aeropuerto.

Una vez llegamos allí, puedo observar a lo lejos el pelo castaño de James, a su izquierda está Johanna dándole...¿la mano a mi padre?.

Cuando los tres me ven y acto seguido logran reconocerme por que claramente voy al lado de Lou.. Mi padre desenlaza la mano de la de Johanna y la levanta para saludarme y como no, acompaña el gesto con una sonrisa.

Al realizar este acto me doy cuenta de que tanto papá como Johanna llevan un anillo en el dedo indice de la mano derecha, ¿que se supone que significa esto?

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Holiii , solo quería avisar de que los primeros
caps los subiré los mas seguido que pueda y que después subiré unos... dos por semana o si no puedo lues uno. 
Y eso, que gracias por leer, que si queréis que os avise por tw cuando suba decirmelo y ya. 
Un besooo:)
PD: cualquier pregunta que querais hacerme, Ask. Está el enlace arriba del todo:)


1.The beginning of any.

Siempre me habían dicho que quedarse en casa un Sábado por la tarde era aburrido y antisocial, pero ¿Quien malgastaba el tiempo saliendo por el centro a que al final de la noche te duelan los pies y a dar vueltas sin sentido? Desde luego yo no lo hacía. Yo me gozaba los Sábados tirada en el sofá con bigotes (mi gato) viendo películas, comiendo, leyendo e incluso durmiendo. Ya se que todo esto suena como si fuera una perturbada social, pero por si os lo preguntáis.. si , tengo amigas, y amigos también, lo que pasa es que no le veo sentido alguno salir por salir y prefiero invitarlos a casa, ya que mi madre no suele estar, pues trabaja demasiado para mi gusto y a penas puedo verla día y medio reuniendo todos los de la semana.

Y mi padre.. mi padre no vive ni nosotros en Cork , Irlanda. La verdad es que mis padres están separados y ni mi hermano James ni yo sabemos nada de el desde que se fue a vivir con su hermana a Brighton, donde veraneábamos todos los años en casa de tía Megan, pero después de la separación de mis padres, desde hace cuatro años que no he vuelto a ir y no he vuelto a ver a papá, tuve que dejar allí muchos recuerdos,amigos, familiares.., etc.

Desde entonces he cambiado bastante, quiero decir, sigo siendo Elizabeth pero, obviamente ya no tengo trece años ni mido metro sesenta. Pero en sí me refería a que he cambiado en torno a gustos , físico , personalidad...etc.

 Ahora tengo diecisiete años , he sustituido las gafas por las lentillas y los braquets me los quitaron hace dos años, he pegado el estirón y he adelgazado bastante , pues se podría decir que yo antes era una niña...¿rechoncha? si, eso. El pelo me ha crecido, lo tengo por la altura del ombligo y sigo teniéndolo castaño. Y bueno, mis ojos siguen estando iguales, de un tono verdoso como el de siempre, creo que mi pelo y mis ojos es de las pocas cosas que siguen igual en mi.

Cuando cumplí los dieciséis, mi madre fue contratada en un nuevo trabajo de marcketing con el que viaja por todo el mundo y la mayoría de veces no sé ni donde se encuentra. Poco a poco , después de tantos viajes y horas de trabajo, mi madre empezó a no estar tanto en casa (lo que sigue pasando), dejó de preocuparse tanto por lo que hacíamos James y yo y decidí hacerme unos cuantos tatuajes de los cuales estoy muy orgullosa, dudo que aún se haya dado cuenta de que los llevo, la mayoría los tapa la ropa y no es que suela fijarse mucho en mi.

A lo que iba es que a falta de tanto cariño maternal empecé a ser un poco rebelde, tatuarme la piel y hacerme algunos pendientes de mas.

Pero yo soy así, me suelo describir por una chica normal (aunque no todo el mundo piensa lo mismo), de una estatura de metro setenta y uno mas o menos, cuerpo bien definido (a falta de un poco de pecho , claramente no todo el mundo puede ser 90 , 60 , 90.), el rock es mi estilo de música favorito (aunque a veces escuchar otras cosas no esta de mas), mi color favorito es el negro, llevo una buena relación con mi hermano, quiero decir, siempre estamos ahí el uno para el otro y nos pedimos consejo, puede que la relación que llevamos sea fruto de la poca atención maternal, dado que pasamos mucho tiempo juntos y solos en casa, o puede que sea por que me saca dos años y ya seamos lo suficientemente maduros como para andar peleando por tonterías, mi comida favorita es el chocolate y por lo general puedo comer sin saciarme toda una tarde y no engordar, tengo una nota media bastante buena, odio que la gente me mire fijamente durante mucho tiempo y también soy muy friki en cuanto a sagas, trilogías, libros...etc.

Donde quería llegar con todo esto es que no solía salir los Sábados y que hoy, Sábado tres de Septiembre por la tarde, estaba tumbada en la cama de matrimonio de mi madre, aprovechando que no esta en casa, con Victoria y Jenna (mis dos mejores amigas) en mitad de otra de tantas fiestas de pijamas viendo una peli a las siete de la tarde; La Sirenita. Si, lo sé es un poco infantil, pero que queréis que os diga, esta película me superaba, pero... había que admitir que La Sirenita estaría mucho mejor con el pelo de algún tono pastel y unos cuantos tatuajes y pearcings tampoco le harían ningún mal a la chica.

En la escena en la que Úrsula le arrebata la voz a Ariel, nos interrumpió un cuerpo de un chico alto, delgado, ojos castaños y pelo castaño, nos apagó la televisión y se situó con los brazos en jarras delante de esta. James.

-Beth , mamá llega en tres horas de Japón y no puedes estar en su cama tumbada, hay que hacer cosas-. Dijo mientras entraba al baño de mama y sacaba la ropa del cesto de la ropa sucia.-¿no ves que no puede llegar y ver todo tirado por ahí? se va a pensar que por aquí a pasado un huracán o algo. Yo iré a poner la lavadora y a hacer la cocina, tu ordena el salón y haz los baños. Tenemos tres horas Beth. Tres horas-. Remarcó sus dos últimas palabras y salió por la puerta.

Aún estaba confusa, ¿que acababa de pasar?, ¿mamá?..¡ Mama! Hoy llegaba de Japón, llevaba dos meses fuera y hoy venía a pasar unos días con nosotros (espero que no se vaya pronto).

-Mmmm chicas, creo que os vais a tener que ir, no me acordaba de que hoy venia mi madre de Japón.- Me levanté de la cama y expulsé los restos de palomitas de mi sudadera de Paradise City.- Supongo que habrá que hacer otro día la fiesta de pijamas. Lo siento-.

Ví la desilusión en la cara de mis dos mejores amigas, ya saliendo de la habitación y caminé a la puerta.

-No pasa nada Beth, lo entendemos.

-Sabemos que llevas dos meses sin verla. No importa, anda ponte a limpiar ya que la casa esta hecha un desastre.- Jenn me guiñó un ojo saliendo por la puerta, no sin antes haberme dado un abrazo de despedida.

-Prometo que te llamaré antes de irme a dormir, otro día nos vemos Vics.

Otro abrazo por mi parte y ya estaba saliendo por la puerta.

-Cuéntamelo todo antes de irte a dormir, hasta luego-. Hizo un gesto raro con la mano que no se de donde se lo había sacado y salió por la puerta. Pero antes de que pueda cerrar, su pie me detuvo.- Ah! Y adiós a ti también James.- Gritó despidiéndose también de mi hermano (siempre había creído que Victoria tenía un extraño cuelgue con el) y ahora si que si, salió por la puerta.

Un grito en forma de respuesta por parte de mi hermano proveniente de la cocina se hizo sonoro en toda la casa. Yo por fin conseguí cerrar la puerta, dejando ya fuera a mis dos mejores amigas. Me apoyé en la puera, dí un largo suspiro y cuando estuve lista fui hacia la cocina.

-Bien, ¿Por donde quieres que empiece?-. Le dije a mi hermano, cojí una bolsa de basura y me preparé para limpiar. En tres horas llegaba mamá y esto que teníamos por casa estaba hecho un desastre.

(…...)

Diez de la noche y por fin había podido acabar de ordenar toda la casa, primero hice los baños (los tres), el de mi madre, el aseo de abajo y el que compartimos James y yo, después me ocupé de recoger todo lo que había por el suelo del salón, el comedor, poner tres lavadoras y poner mi habitación mas o menos presentable, ya sabéis, por encima y tal.

Mientras tanto James había lavado todos los platos, limpiado las encimeras, el microondas y el horno, puso dos secadoras de la ropa que yo había puesto en la lavadora media hora antes y después planchó toda la ropa, para terminar, hizo una tarta para mamá de galletas con chocolate, su favorita.

Resultado: el suavizante de la lavadora se nos había acabado, me dolían las manos y por culpa de James y su maravillosa vena culinaria había tenido que fregar lo que había manchado para hacer la tarta y después habíamos bajado la basura acumulada entre los dos.

 Ahora estábamos tirados en el sofá buscando algo que ver en la televisión, mis piernas encima del regazo de mi hermano, la casa holía a rosas y estaba perfectamente ordenada, me pesaban los párpados y a todo esto mama aún no había llegado.

(…...)

Lo único que veía era un techo blanco cubierto con mis posters de ACDC y antes de estos me cubría un velo de color negro que rodea la cama de mi cuarto, ¿como había acabado durmiendo en mi cama? no recordaba haberme movido ayer por la noche del sofá. James, supongo.

Ayer por la noche después de hacernos la cena y ver un maratón de la última temporada de Dos Hombres y Medio, James se quedó dormido y como mamá aún no había llegado (con lo que me llevé una gran decepción) decidí ir a comer un trozo de tarta a la cocina, después de todo también era mi favorita.

Volví al sofá y supongo que me quedé dormida. Y bueno, aquí estaba.

No tenía ganas de salir de mi cómoda cama, pero el caso es que me estaba muriendo de hambre y si no holía mal James se había adelantado a mi, su vena culinaria había vuelto y como buen hermano que es, me estaba haciendo el desayuno.

Salté de la cama rápidamente, me puse mis zapatillas de estar por casa y salí de mi habitación. De camino a la cocina encontré una camiseta de James tirada en el suelo, la recogí y aplacé mi desayuno para ir a dejarla.

La puerta de su habitación (que estaba al lado de la mía) estaba entreabierta, la abrí, doblé la camiseta como pude, la dejé encima de su mesa de estudio y oí un ronquido a mis espaldas. Me giré y ahí estaba , mi hermano durmiendo.

Pero vamos a ver Elizabeth, recapacitemos, si James y tu estabais solos en casa...., y abajo se escuchaba como alguien freía algo en una sartén..., eso significaba que....

Salí de la habitación de mi hermano y me paré a principio de las escaleras un poco asustada, dado que mi primera sospecha era que un vagabundo muerto de hambre se nos había colado en casa, nos había robado la comida de la nevera y se estaba haciendo el desayuno con ella.

Pero el sonido de los tacones contra el parquet era inconfundible.

-¿¡Mamá?!-. Chillé desde las escaleras, para que quien quiera que fuera la persona que estaba abajo me escuchara.

-¿Quien si no?-. Chilló una voz desde abajo que creí reconocer como la de mi madre.

Al instante de escuchar su voz tan cerca se me iluminó la cara, habían sido dos meses sin mi madre, dos meses sin sus comidas ni sus abrazos que solían hacerme la vida mas fácil, que queréis que os diga.. una se emocionaba.

Bajé por las escaleras lo mas rápido que pude, escalón a escalón, peldaño por peldaño, con mucho cuidado para no caerme de boca, pero como tenía exactamente la misma agilidad que Legolas, mis pies perdieron el control en el penúltimo escalón y caí de morros contra el suelo, intenté poner las manos, pero solo conseguí tirar la pequeña lamparíta de cristal que estaba apoyada en la mesita de café junto a las malditas escaleras traicioneras.

Sentí dolor en las manos, las miré y descubrí que tenía clavado un gran pedazo de cristal roto en la mano derecha. No podría haber bajado a velocidad normal como todas las personas harían, no. Tenía que fantasear tanto con la agilidad élfica y al final caerme de morros, es que toda la culpa la tenía James por haberme incitado a ver El Señor De Los Anillos desde que era pequeña. eso es, James era el que tenía la culpa de todo, el era el que me había hecho caer, si.

Levanté la cabeza y ví como una mujer con un traje de oficina muy formal negro a conjunto con sus tacones venía a socorrerme con una cara de preocupación enorme. Mi madre.

-Pero cariño, ¡¿que te ha pasado?!-. Me preguntó viniendo hacia mi con una expresión de horror sumamente crecida al mirar en dirección a mi mano.

Agaché la cabeza para mirar yo también, ya que, el dolor cada vez era mas punzante. Mi cara imitó la misma expresión de horror que la de mi madre cuando ví que de mi mano derecha salía un río incontrolable de sangre. (si, no estaba exagerando, había mucha sangre, cada vez mas y esto no era bueno, pues cuando veía mucha sangre me solía dar una bajada de tensión por el susto y me solía desmayar.)

-No importa mamá. ¿Cuando has llegado?-. Hice un intento de ponerme de pié pero obviamente resultó ser en vano.

Tal y como había pensado, un gran mareo se abrió paso hacia mi, mi vista ya no eran mas que puntitos negros que iban llenando mi campo de visión y antes de que pudiera entender lo que me estaba diciendo mi madre, todo se había vuelto negro.

(...)

Era difícil escuchar claramente las voces de las personas que estaban hablando a mi alrededor y mas distinguir que era lo que estaban diciendo. Por fin me había despertado y el mareo iba disminuyendo acorde con cada minuto que pasa, claramente me seguía doliendo la mano y tenía una migraña impresionante.

Los puntitos negros iban disipándose y al fin conseguí distinguir donde me encontraba; tumbada en el sofá con un paño de agua fría puesto sobre la frente (Que no entendía el objetivo de ponérmelo, por que no tenía fiebre, pero bueno.), el dolor en mi mano derecha (ahora vendada) seguía llamando mi atención, mamá y James estaban teniendo una conversación un poco alterada a escasos metros de mi y ni siquiera se dieron cuenta de que había despertado.

Intenté ponerme en pié o sentarme siquiera sobre el sofá, pero claramente fallé en el intento, pues la migraña me estaba matando y con cada movimiento que hacía se incrementaba. Esta vez en vez de hacer el tonto y sacar a la luz mas intentos fallidos de ponerme en pié, decidí escuchar un poco de la conversación de James, el cual parecía enfadado, y mi madre.

-¿Cuando se lo dirás a Elizabeth? Debe saberlo lo antes posible, ya que te vas dentro de tres días-. James se sentó en el sofá individual situado al lado de la ventana, ahora mas relajado y le frunció el ceño a mi madre.

Mi madre no contestó, todo lo que hizo fue escaquearse de la pregunta de mi hermano.

-¿Quieres agua?, yo si. Voy a buscar por que me muero de sed. Cuida de Elizabeth.

Y tal y como creía, desapareció tras la puerta de la cocina.

James desvió la mirada hacia mi una vez que mamá se había ido y rápidamente me enseñó su sonrisa dándome a saber que se alegraba de que estuviera despierta. Yo cada vez estaba mas confusa.

-¿Decirme el que?.- Le pregunté a James, el cual hizo amago de ayudarme mientras me siento en el sofá. Y esta vez lo consiguí. Después de esto, James se sentó a mi lado.- ¿Y como es que mamá se va en tres días? No en entiendo nada.

Antes de que pudiera contestarme, oí ruido detrás de mi, me giré y tal como suponía..mi madre caminaba hacia nosotros, botella de agua en mano. Llegó y se sentó en el sofá que antes estaba ocupado por James.

Al fin James extendió la mano hacia mamá, diciéndole que comience a hablar. Y de verdad que esto era cada vez mas confuso.

Mi madre dió un largo suspiro, como preparándose para lo que iba a decir y por fin comenzó:

-Me han destinado a una gran empresa de marketing en Chicago.

Bueno, eso no era nada nuevo para mi. Sabía que tarde o temprano iba a volver a marcharse.

-¿Por cuanto tiempo te vas esta vez?.

-Eh..esto es permanente Elizabeth.

-¡¿Que?! , ¿nos mudamos a Chicago?.

-No, es algo mas complicado que eso-. Una parte de mi se alivió, pero otra quería huir lentamente y no saber lo que iba a salir a continuación de la boca de mi madre.

-¿Entonces? Explícamelo por que no lo entiendo.- Exigí.

-No me acompañareis en este viaje-. Fruncí el ceño dándole a saber a mi madre que no entendía nada.

James me cogió la mano izquierda tiernamente como punto de apoyo emocional. Cosa que no acabé de entender.

-Os vais a vivir con tu padre a Brighton.

Y sin esperarlo siquiera, la migraña surgió un gran efecto sobre mi.

Pero esta vez mil veces mas fuerte.