martes, 18 de febrero de 2014

1.The beginning of any.

Siempre me habían dicho que quedarse en casa un Sábado por la tarde era aburrido y antisocial, pero ¿Quien malgastaba el tiempo saliendo por el centro a que al final de la noche te duelan los pies y a dar vueltas sin sentido? Desde luego yo no lo hacía. Yo me gozaba los Sábados tirada en el sofá con bigotes (mi gato) viendo películas, comiendo, leyendo e incluso durmiendo. Ya se que todo esto suena como si fuera una perturbada social, pero por si os lo preguntáis.. si , tengo amigas, y amigos también, lo que pasa es que no le veo sentido alguno salir por salir y prefiero invitarlos a casa, ya que mi madre no suele estar, pues trabaja demasiado para mi gusto y a penas puedo verla día y medio reuniendo todos los de la semana.

Y mi padre.. mi padre no vive ni nosotros en Cork , Irlanda. La verdad es que mis padres están separados y ni mi hermano James ni yo sabemos nada de el desde que se fue a vivir con su hermana a Brighton, donde veraneábamos todos los años en casa de tía Megan, pero después de la separación de mis padres, desde hace cuatro años que no he vuelto a ir y no he vuelto a ver a papá, tuve que dejar allí muchos recuerdos,amigos, familiares.., etc.

Desde entonces he cambiado bastante, quiero decir, sigo siendo Elizabeth pero, obviamente ya no tengo trece años ni mido metro sesenta. Pero en sí me refería a que he cambiado en torno a gustos , físico , personalidad...etc.

 Ahora tengo diecisiete años , he sustituido las gafas por las lentillas y los braquets me los quitaron hace dos años, he pegado el estirón y he adelgazado bastante , pues se podría decir que yo antes era una niña...¿rechoncha? si, eso. El pelo me ha crecido, lo tengo por la altura del ombligo y sigo teniéndolo castaño. Y bueno, mis ojos siguen estando iguales, de un tono verdoso como el de siempre, creo que mi pelo y mis ojos es de las pocas cosas que siguen igual en mi.

Cuando cumplí los dieciséis, mi madre fue contratada en un nuevo trabajo de marcketing con el que viaja por todo el mundo y la mayoría de veces no sé ni donde se encuentra. Poco a poco , después de tantos viajes y horas de trabajo, mi madre empezó a no estar tanto en casa (lo que sigue pasando), dejó de preocuparse tanto por lo que hacíamos James y yo y decidí hacerme unos cuantos tatuajes de los cuales estoy muy orgullosa, dudo que aún se haya dado cuenta de que los llevo, la mayoría los tapa la ropa y no es que suela fijarse mucho en mi.

A lo que iba es que a falta de tanto cariño maternal empecé a ser un poco rebelde, tatuarme la piel y hacerme algunos pendientes de mas.

Pero yo soy así, me suelo describir por una chica normal (aunque no todo el mundo piensa lo mismo), de una estatura de metro setenta y uno mas o menos, cuerpo bien definido (a falta de un poco de pecho , claramente no todo el mundo puede ser 90 , 60 , 90.), el rock es mi estilo de música favorito (aunque a veces escuchar otras cosas no esta de mas), mi color favorito es el negro, llevo una buena relación con mi hermano, quiero decir, siempre estamos ahí el uno para el otro y nos pedimos consejo, puede que la relación que llevamos sea fruto de la poca atención maternal, dado que pasamos mucho tiempo juntos y solos en casa, o puede que sea por que me saca dos años y ya seamos lo suficientemente maduros como para andar peleando por tonterías, mi comida favorita es el chocolate y por lo general puedo comer sin saciarme toda una tarde y no engordar, tengo una nota media bastante buena, odio que la gente me mire fijamente durante mucho tiempo y también soy muy friki en cuanto a sagas, trilogías, libros...etc.

Donde quería llegar con todo esto es que no solía salir los Sábados y que hoy, Sábado tres de Septiembre por la tarde, estaba tumbada en la cama de matrimonio de mi madre, aprovechando que no esta en casa, con Victoria y Jenna (mis dos mejores amigas) en mitad de otra de tantas fiestas de pijamas viendo una peli a las siete de la tarde; La Sirenita. Si, lo sé es un poco infantil, pero que queréis que os diga, esta película me superaba, pero... había que admitir que La Sirenita estaría mucho mejor con el pelo de algún tono pastel y unos cuantos tatuajes y pearcings tampoco le harían ningún mal a la chica.

En la escena en la que Úrsula le arrebata la voz a Ariel, nos interrumpió un cuerpo de un chico alto, delgado, ojos castaños y pelo castaño, nos apagó la televisión y se situó con los brazos en jarras delante de esta. James.

-Beth , mamá llega en tres horas de Japón y no puedes estar en su cama tumbada, hay que hacer cosas-. Dijo mientras entraba al baño de mama y sacaba la ropa del cesto de la ropa sucia.-¿no ves que no puede llegar y ver todo tirado por ahí? se va a pensar que por aquí a pasado un huracán o algo. Yo iré a poner la lavadora y a hacer la cocina, tu ordena el salón y haz los baños. Tenemos tres horas Beth. Tres horas-. Remarcó sus dos últimas palabras y salió por la puerta.

Aún estaba confusa, ¿que acababa de pasar?, ¿mamá?..¡ Mama! Hoy llegaba de Japón, llevaba dos meses fuera y hoy venía a pasar unos días con nosotros (espero que no se vaya pronto).

-Mmmm chicas, creo que os vais a tener que ir, no me acordaba de que hoy venia mi madre de Japón.- Me levanté de la cama y expulsé los restos de palomitas de mi sudadera de Paradise City.- Supongo que habrá que hacer otro día la fiesta de pijamas. Lo siento-.

Ví la desilusión en la cara de mis dos mejores amigas, ya saliendo de la habitación y caminé a la puerta.

-No pasa nada Beth, lo entendemos.

-Sabemos que llevas dos meses sin verla. No importa, anda ponte a limpiar ya que la casa esta hecha un desastre.- Jenn me guiñó un ojo saliendo por la puerta, no sin antes haberme dado un abrazo de despedida.

-Prometo que te llamaré antes de irme a dormir, otro día nos vemos Vics.

Otro abrazo por mi parte y ya estaba saliendo por la puerta.

-Cuéntamelo todo antes de irte a dormir, hasta luego-. Hizo un gesto raro con la mano que no se de donde se lo había sacado y salió por la puerta. Pero antes de que pueda cerrar, su pie me detuvo.- Ah! Y adiós a ti también James.- Gritó despidiéndose también de mi hermano (siempre había creído que Victoria tenía un extraño cuelgue con el) y ahora si que si, salió por la puerta.

Un grito en forma de respuesta por parte de mi hermano proveniente de la cocina se hizo sonoro en toda la casa. Yo por fin conseguí cerrar la puerta, dejando ya fuera a mis dos mejores amigas. Me apoyé en la puera, dí un largo suspiro y cuando estuve lista fui hacia la cocina.

-Bien, ¿Por donde quieres que empiece?-. Le dije a mi hermano, cojí una bolsa de basura y me preparé para limpiar. En tres horas llegaba mamá y esto que teníamos por casa estaba hecho un desastre.

(…...)

Diez de la noche y por fin había podido acabar de ordenar toda la casa, primero hice los baños (los tres), el de mi madre, el aseo de abajo y el que compartimos James y yo, después me ocupé de recoger todo lo que había por el suelo del salón, el comedor, poner tres lavadoras y poner mi habitación mas o menos presentable, ya sabéis, por encima y tal.

Mientras tanto James había lavado todos los platos, limpiado las encimeras, el microondas y el horno, puso dos secadoras de la ropa que yo había puesto en la lavadora media hora antes y después planchó toda la ropa, para terminar, hizo una tarta para mamá de galletas con chocolate, su favorita.

Resultado: el suavizante de la lavadora se nos había acabado, me dolían las manos y por culpa de James y su maravillosa vena culinaria había tenido que fregar lo que había manchado para hacer la tarta y después habíamos bajado la basura acumulada entre los dos.

 Ahora estábamos tirados en el sofá buscando algo que ver en la televisión, mis piernas encima del regazo de mi hermano, la casa holía a rosas y estaba perfectamente ordenada, me pesaban los párpados y a todo esto mama aún no había llegado.

(…...)

Lo único que veía era un techo blanco cubierto con mis posters de ACDC y antes de estos me cubría un velo de color negro que rodea la cama de mi cuarto, ¿como había acabado durmiendo en mi cama? no recordaba haberme movido ayer por la noche del sofá. James, supongo.

Ayer por la noche después de hacernos la cena y ver un maratón de la última temporada de Dos Hombres y Medio, James se quedó dormido y como mamá aún no había llegado (con lo que me llevé una gran decepción) decidí ir a comer un trozo de tarta a la cocina, después de todo también era mi favorita.

Volví al sofá y supongo que me quedé dormida. Y bueno, aquí estaba.

No tenía ganas de salir de mi cómoda cama, pero el caso es que me estaba muriendo de hambre y si no holía mal James se había adelantado a mi, su vena culinaria había vuelto y como buen hermano que es, me estaba haciendo el desayuno.

Salté de la cama rápidamente, me puse mis zapatillas de estar por casa y salí de mi habitación. De camino a la cocina encontré una camiseta de James tirada en el suelo, la recogí y aplacé mi desayuno para ir a dejarla.

La puerta de su habitación (que estaba al lado de la mía) estaba entreabierta, la abrí, doblé la camiseta como pude, la dejé encima de su mesa de estudio y oí un ronquido a mis espaldas. Me giré y ahí estaba , mi hermano durmiendo.

Pero vamos a ver Elizabeth, recapacitemos, si James y tu estabais solos en casa...., y abajo se escuchaba como alguien freía algo en una sartén..., eso significaba que....

Salí de la habitación de mi hermano y me paré a principio de las escaleras un poco asustada, dado que mi primera sospecha era que un vagabundo muerto de hambre se nos había colado en casa, nos había robado la comida de la nevera y se estaba haciendo el desayuno con ella.

Pero el sonido de los tacones contra el parquet era inconfundible.

-¿¡Mamá?!-. Chillé desde las escaleras, para que quien quiera que fuera la persona que estaba abajo me escuchara.

-¿Quien si no?-. Chilló una voz desde abajo que creí reconocer como la de mi madre.

Al instante de escuchar su voz tan cerca se me iluminó la cara, habían sido dos meses sin mi madre, dos meses sin sus comidas ni sus abrazos que solían hacerme la vida mas fácil, que queréis que os diga.. una se emocionaba.

Bajé por las escaleras lo mas rápido que pude, escalón a escalón, peldaño por peldaño, con mucho cuidado para no caerme de boca, pero como tenía exactamente la misma agilidad que Legolas, mis pies perdieron el control en el penúltimo escalón y caí de morros contra el suelo, intenté poner las manos, pero solo conseguí tirar la pequeña lamparíta de cristal que estaba apoyada en la mesita de café junto a las malditas escaleras traicioneras.

Sentí dolor en las manos, las miré y descubrí que tenía clavado un gran pedazo de cristal roto en la mano derecha. No podría haber bajado a velocidad normal como todas las personas harían, no. Tenía que fantasear tanto con la agilidad élfica y al final caerme de morros, es que toda la culpa la tenía James por haberme incitado a ver El Señor De Los Anillos desde que era pequeña. eso es, James era el que tenía la culpa de todo, el era el que me había hecho caer, si.

Levanté la cabeza y ví como una mujer con un traje de oficina muy formal negro a conjunto con sus tacones venía a socorrerme con una cara de preocupación enorme. Mi madre.

-Pero cariño, ¡¿que te ha pasado?!-. Me preguntó viniendo hacia mi con una expresión de horror sumamente crecida al mirar en dirección a mi mano.

Agaché la cabeza para mirar yo también, ya que, el dolor cada vez era mas punzante. Mi cara imitó la misma expresión de horror que la de mi madre cuando ví que de mi mano derecha salía un río incontrolable de sangre. (si, no estaba exagerando, había mucha sangre, cada vez mas y esto no era bueno, pues cuando veía mucha sangre me solía dar una bajada de tensión por el susto y me solía desmayar.)

-No importa mamá. ¿Cuando has llegado?-. Hice un intento de ponerme de pié pero obviamente resultó ser en vano.

Tal y como había pensado, un gran mareo se abrió paso hacia mi, mi vista ya no eran mas que puntitos negros que iban llenando mi campo de visión y antes de que pudiera entender lo que me estaba diciendo mi madre, todo se había vuelto negro.

(...)

Era difícil escuchar claramente las voces de las personas que estaban hablando a mi alrededor y mas distinguir que era lo que estaban diciendo. Por fin me había despertado y el mareo iba disminuyendo acorde con cada minuto que pasa, claramente me seguía doliendo la mano y tenía una migraña impresionante.

Los puntitos negros iban disipándose y al fin conseguí distinguir donde me encontraba; tumbada en el sofá con un paño de agua fría puesto sobre la frente (Que no entendía el objetivo de ponérmelo, por que no tenía fiebre, pero bueno.), el dolor en mi mano derecha (ahora vendada) seguía llamando mi atención, mamá y James estaban teniendo una conversación un poco alterada a escasos metros de mi y ni siquiera se dieron cuenta de que había despertado.

Intenté ponerme en pié o sentarme siquiera sobre el sofá, pero claramente fallé en el intento, pues la migraña me estaba matando y con cada movimiento que hacía se incrementaba. Esta vez en vez de hacer el tonto y sacar a la luz mas intentos fallidos de ponerme en pié, decidí escuchar un poco de la conversación de James, el cual parecía enfadado, y mi madre.

-¿Cuando se lo dirás a Elizabeth? Debe saberlo lo antes posible, ya que te vas dentro de tres días-. James se sentó en el sofá individual situado al lado de la ventana, ahora mas relajado y le frunció el ceño a mi madre.

Mi madre no contestó, todo lo que hizo fue escaquearse de la pregunta de mi hermano.

-¿Quieres agua?, yo si. Voy a buscar por que me muero de sed. Cuida de Elizabeth.

Y tal y como creía, desapareció tras la puerta de la cocina.

James desvió la mirada hacia mi una vez que mamá se había ido y rápidamente me enseñó su sonrisa dándome a saber que se alegraba de que estuviera despierta. Yo cada vez estaba mas confusa.

-¿Decirme el que?.- Le pregunté a James, el cual hizo amago de ayudarme mientras me siento en el sofá. Y esta vez lo consiguí. Después de esto, James se sentó a mi lado.- ¿Y como es que mamá se va en tres días? No en entiendo nada.

Antes de que pudiera contestarme, oí ruido detrás de mi, me giré y tal como suponía..mi madre caminaba hacia nosotros, botella de agua en mano. Llegó y se sentó en el sofá que antes estaba ocupado por James.

Al fin James extendió la mano hacia mamá, diciéndole que comience a hablar. Y de verdad que esto era cada vez mas confuso.

Mi madre dió un largo suspiro, como preparándose para lo que iba a decir y por fin comenzó:

-Me han destinado a una gran empresa de marketing en Chicago.

Bueno, eso no era nada nuevo para mi. Sabía que tarde o temprano iba a volver a marcharse.

-¿Por cuanto tiempo te vas esta vez?.

-Eh..esto es permanente Elizabeth.

-¡¿Que?! , ¿nos mudamos a Chicago?.

-No, es algo mas complicado que eso-. Una parte de mi se alivió, pero otra quería huir lentamente y no saber lo que iba a salir a continuación de la boca de mi madre.

-¿Entonces? Explícamelo por que no lo entiendo.- Exigí.

-No me acompañareis en este viaje-. Fruncí el ceño dándole a saber a mi madre que no entendía nada.

James me cogió la mano izquierda tiernamente como punto de apoyo emocional. Cosa que no acabé de entender.

-Os vais a vivir con tu padre a Brighton.

Y sin esperarlo siquiera, la migraña surgió un gran efecto sobre mi.

Pero esta vez mil veces mas fuerte.

1 comentario:

  1. Ay Paaaat, me ha encantado el cap, srly. Esque yo ya presiento que esta nove me va a enganchar mucho, que yo lo se, eh. Y bueno, que es obvio que soy nueva lectora, y bueno que juro solemnemente leer cada uno de tus capítulos al derecho y al revés. #jurao. Me declaro fan tuya oficialmente. Escribes maravilloso.
    Y bueno, que no me enrrollo mucho, que escribes genial, que espero que subas muy pronto, que no voy a aguantar tanto sin leer:)
    y una cosa mas, que no se, podrías seguirme en Twitter? Por favor:) soy @andriuxblue. Graaaaciiiaaas.
    beeesooo internacional;) baaai:)

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